POSIBLE INESPERADO KITE SPOT en Republica Dominicana

POSIBLE INESPERADO KITE SPOT en Republica Dominicana

¿Donde quieres navegar? He ahí una buena pregunta. Imagino que cada uno tiene sus preferencias y elegirá unas condiciones u otras, así como el destino soñado y tal


Esta subida al blog es para que cada uno se pregunte donde le gustaría navegar, y, si luego me lo contais y sale algo de ello, pues bien, si es un sueño irrealizable, lease hipoteca, hijos, desempleo, o simplemente que no tienes equipo porque estas siempre en números rojos y el máximo equipamento deportivo que te puedes permitir es una pelota de ping pong … lo que quiera que sea tu caso, da lo mismo, me lo cuentas y vemos el tema. Igual se nos ocurre algo.

Puede que alguno de los aquí leyentes sueñen con navegar en Hawaii, o con Dakhla, o … Groenlandia, vete tu a saber.

Yo tengo también alguna idea, pero, en realidad, esta subida es la excusa perfecta para lo que en su momento, hace bastantes años atrás me dejó tocado, tocado del deseo, pues era una cosa que me hubiera gustado hacer y que al final no hice, me refiero a navegar en un lugar.

Por qué? preguntará alguno… pues porque en esa época no se había inventado el kitesurf, pero esta no es la excusa, yo hubiera querido navegar allí, no de kitesurf, sino de windsurf, que es lo que entonces había, así que, si hubiera podido navegar de windsurf en aquel entonces, por qué no de kitesurf ahora?

En realidad, había un problema y no es que el kitesurf no estuviera inventado, el problema era un viejo «amigo» mío, uno de mis traumas ancestrales. Qué, no sabéis a lo que me estoy refiriendo? … los que me conocen un poco, pueden empezar a imaginarselo.

Estoy hablando de … cocodrilos.  Si señor!
Que falta le hace a nadie meterse a navegar donde haya cocodrilos?
Ninguna, está clarísimo.  Entonces? … por qué ese absurdo interés?

lago enriquillo kitesurfing en Doninicana

Además, en donde suele haber cocodrilos, suele hacer poco viento, o eso hemos visto siempre en las películas, cuando el monstruo se arrastra unos metros y se zambulle sigilosamente en el agua, si se fija uno, raramente se ven las yerbas de los alrededores moviéndose a causa de la brisa.

Las aguas en donde los cocodrilos suelen habitar, suelen ser aguas estancadas, aguas sucias, feas, aguas en las que no habría razón alguna por que meterse.

Pero no es a esas aguas a las que me estoy refiriendo, osea, las aguas estancadas típicas de propiciar que en ellas haya cocodrilos, no.  Me estoy refiriendo a las aguas del Lago Enriquillo.

El lago y la isla al fondo amanece

El lago Enriquillo, que toma nombre del cacique Taíno que hace tiempo, mucho mucho tiempo gobernaba la zona, es un lago, el más grande del Caribe, dicen, que se encuentra en la Republica Dominicana.

Y esas aguas, aunque hiper saladas, de estancadas no tienen tanto, sea por el tamaño del lago o por la brisa, buena brisa, rayando en la categoría de «brisa fuerte» que sopla en la zona, y es que la zona es un gran valle que transcurre entre las sierras de Neiba y de Bahoruco.

Que tienen de especial las sierras y el lago?, muy fácil, cada vez que yo fuí allí, y que conste que me pillaba muy lejos de donde yo vivía, siempre cuando estaba allí, veía yo amanecer sobre el lago, y el efecto panorámico era de primera.

Imaginad unas montañas delante y detrás, pero montañas importantes, de altura, y grandes, osea largas, una cordillera, a cada lado con el lago en medio, y a eso, añadid los colores del cielo, de las nubes, de ese sol naciente y de la fuerza de viento que se metía a esa muy temprana hora cada día.  Ello era algo, que a un espíritu de navegante como el mío, no le podía pasar inadvertido.

El lago y la isla al fondo al medíodia, sin viento
El lago y la isla al fondo al medíodia, sin viento

Sépase que yo iba al lago no a ver amanecer, lógicamente, yo iba allí a filmar cocodrilos, pero para esa delicada tarea, no exenta de cierto riesgo, había que ir a primerísima hora, entre otras razones, para que el sol no te cociera, y sobre todo para poder pillar a los cocodrilos fuera del agua y porque al guardia del parque parece que era la hora que mejor le convenía.

Luego, probablemente y que me perdone Dios si me equivoco, el buen hombre debía perderse en el fondo de algún bar a beber ron, como es característico en el personal de la zona, así que, cómo era él quien mandaba y además era él quien tenía el control y el acceso a la yola … pues …

Yola: barquita pequeña, con un motor fueraborda que debía de ser de la época en que se construyó el Titanic, había que someterse a esas inocuas exigencias, aunque ello llevaba implícito, como antes dije, la contemplación del amanecer … y de la brisa generosa que a esa temprana hora soplaba sobre el lago y que inevitablemente me hacía soñar con una vela de windsurf de 4 mts -y hasta mas pequeña- y yo surcando aquellas aguas propulsado sobre mi tabla de windsurf a toda velocidad.

Tampoco imaginemos unas aguas infestadas de cocodrilos, que, si había que ir a verlos en yola era precisamente porque no estaban por todas partes, estaban mas bien en la zona conocida como «la caimanera» y ello quedaba en el otro lado de la Isla Cabritos, isla ésta que se encontraba en medio del lago.

Y eso, en llegados a la isla, el hombre me dejaba en tierra con la firme promesa de volver a recogerme varias horas después.   Él, para ser sincero, y pese a ser el guarda de la isla y del parque natural, pasaba mucho de los cocodrilos, vamos, que no le impresionaban nada.

Imagino que entre sus ocupaciones estaría la de monitorizarlos, pero yo, en las 5 o 6 veces que fuí a la zona, nunca le ví demostrar el menor interés en la bestia, eso si, durante el trayecto y por encima del ruido insoportable del motor, me contaba a veces alguna anécdota, pero no de las que ponen los pelos de punta, simplemente anécdotas, osea, lo que para él era normal.

Ejemplo: Oye, -pregunto yo-  y, esos cocodrilos nunca han atacado a nadie?
Respuesta del hombre: No, ese pájaro -allí llaman pájaro a todo, vamos, a cualquier cosa- ese pájaro mayormente sólo esta en la isla…

momento de silencio …

Sigue él: bueno,  menos entonces, esa vez cuando un caiman le llevó el brazo a Felito

… nuevo silencio

Felito? digo yo … si, Felito, dice él.

Felito pescaba tilapia, otro habitante del lago de muy poco interés científico,  ya que es un pez, y se lo comen después de dejarlo secar al sol hasta que se pone de la textura de una suela de zapato.

y … estaba él, sigue el guardia con su relato -Felito- con el agua a la cintura echando su red cuando ese pájaro, sale del agua y … le llevó la mano … bueno, la mano y hasta el codo.

Nuevo silencio … ah! digo yo, lo de Felito
… si, lo de Felito -dice él- …

y seguimos agua adelante bajo el ruido ensordecedor del fuera-borda en dirección a la isla.

lago enriquillo navegar de kitesurf

En realidad tampoco era nada demasiado especial, lo del lago, digo …  Yo iba, filmaba y me volvía los casi 250 kms de vuelta a mi hogar, y así era siempre … salvo en aquella ocasión, la tercera en que yo iba, cuando me dejó en la orilla de la isla con la promesa de recogerme a las horas.  Pero … pasaron «las horas» y el muy cabrón no volvió a por mí.

Al día siguiente, cuando si volvió, me dijo que el motor se había estropeado y que una parte del trayecto de regreso a la orilla tuvo que hacerla auto impulsándose con los brazos, osea sacándolos a cada lado de la yola -mira tu si era estrecha la barquita- e impulsándose con la ayuda de sus manos, así, a falta de remo.

Menos mal que debía ir el viento ayudando por popa porque si no … me puedo imaginar la situación y el esfuerzo.

Pues si, me dejó tirado todo el día -y la noche- en la isla.   Al principio y después de cruzar hasta el otro lado de la isla que es donde los cocodrilos vivían, me tuve que montar un parapeto con ramas para esconderme detras y así poder ir acercándome.

Moviendo el parapeto un par de metros, medio arrastras y, pararme agachado, semi oculto por las ramas y quieto como una estatua, para, al cabo de un minuto volver a adelantarme un par de metros mas, y así, poco a poco irme acercando lo maximo posible para poder filmar a los bichos, pues había dos posibilidades en caso de ser descubierto por los mismos.

1.- que se asustaran y se alejaran, o,  que se fueran para el agua, con lo que la filmación se complicaría mucho mas, porque evidentemente yo, al agua, no me iba a meter, o …

2.- que se tiraran en tromba, en justa competencia entre ellos para ver quien se me merendaba a mi

Total, tras el parapeto filmé, me acerqué mas de lo razonable, y, no, no pasó nada malo, pero si, tome unas tomas de los bichos que impresionaba

Pero una vez terminada la filmación y en vista del paso de las horas y de que el elemento no vovía a por mi.    Ahí fué de verdad cuando yo dí rienda suelta a mi imaginación, porque tiempo me sobró para ello, por varias razones.

Primero, por la que origina esta subida al blog, por la de recordar qué bueno hubiera sido haber tenido allí mi tabla de windsurf, para volver al otro lado del lago, en primera instancia, y para, como no? … agudizar el ingenio y ver cómo iba yo a pasar la noche en medio de una isla habitada por cocodrilos.

Porque, la isla no era tan pequeña, todo sea dicho.  Yo iba allí a filmar cocodrilos y se suponía que aparte de alguna iguana, tal vez alguna serpiente, alguna tarántula y algún bicho más del mismo tipo, y, aparte de algunos burros salvajes -que yo nunca vi pero si escuché esa noche-  y salvo un trillón de trillones de mosquitos y los mencionados cocodrilos, no había nadie ni nada más en la isla.

playa-del-lago-enriquillo kitesurfing en Dominicana
Viento sobre las aguas del lago

En fin … al final, el lago, era uno de esos sitios en los que no me hubiera importado navegar -a pesar de los cocodrilos- y que, siempre llevaré en mi mente.

Quiero resaltar que la brisa no duraba todo el día, de hecho empezaba con el amanecer y a eso de mediodía, o poco antes, se acababa poco a poco hasta que la cosa quedaba en «calma chicha» osea 0 viento, con lo que la temperatura ambiente debía subir a los 40 y muchos o casi 50 grados Celsius, por lo menos.

Y con ello, los cocodrilos, todos para al agua y yo, alejado ya de la zona de acción y alcance cocodrilero, para evitar el sol, debajo de un refugio que me hice con las ramas que corté con mi cuchillo de viaje, que aunque casi del tamaño de un machete, llamo cuchillo porque el mango del mismo era tipo cuerno, y no de plástico como el de los machetes que allí se vendían.  La historia del cuchillo era la siguiente:

El cuchillo fue un regalo de mi amigo Marco, un suizo alemán con el que fuimos juntos a filmar «cacatas» -así es como las llaman los Dominicanos- osea, arañas tarántulas del tamaño de una mano de hombre adulto abierta, en lo que Marco iba levantando piedras con una mano y cogiendo las tarántulas con la otra mano, con una técnica depurada y que encerraba un riesgo casi suicida en mi opinión.

A la vez que filmaba yo todo el proceso, nos hicimos tan amigos que cuando Marco se cansó de vivir en Dominicana, y sabiendo que no le iban a dejar entrar en el avión de vuelta a Zurich con aquella especie de sable de abordaje, me lo regaló.

Y tal, de lo de la isla, recordar como iba cayendo la tarde, los increibles colores del cielo y la increible cantidad de mosquitos que a la que la tarde caía, ellos -los mosquitos- se levantaban, aunque, acostumbrado como estaba yo a la precaución que tal caso ameritaba, no me hicieron mucha cosa.

Para los que me veis ahora en la playa, teníais que haberme visto con mi equipo anti-mosquito-, vamos, no se me veía ni un milímetro de piel, todo ello a una temperatura tipo infierno, el de Pedro Botero quiero decir, en pleno Julio.

Eso si, el rollo era a la hora de orinar, ya que ahí si que había que sacar piel a la intemperie, pero, nada que no tuviese solución, eso si, algo chusca, chocante es la palabra.

Cómo si no describir a un tipo de espaldas, meando, apuntando con el arma a unos arbustos mientras con las dos manos aplaudía, osea, dando palmadas si no de gozo de la misma micción, si para evitar el picotazo del bicho atrevido en sus partes nobles.

Pues eso, la noche se me hizo eterna, sin luz, no llevaba yo mi linternita, para qué?  si a las 4 de la tarde ya iba a estar yo de vuelta en la yolita, mecido por el salvaje estruendo del motor, camino de la otra orilla, y de la Descubierta -el poblacho donde me alojaba las dos noches del viaje- y donde menos dormir, se podía  hacer cualquier cosa.

Y, no lo digo por la infinita variedad de posibilidades de pasar el rato, lo digo por el escándalo infernal que formaban dos especie de bares, en la misma calle, la calle de la pensión donde dormía yo, y uno frente al otro, ambos establecimientos compitiendo sanamente por ver cual era capaz de romper más tímpanos al personal que insistía en alcoholizarse en sus premisas -y a cualquiera que estuviera a menos de un kilómetro del lugar-.

Total, sin linterna, sin ni una mala radio para oír algo, sin una tienda de campaña, sin ni una manta o una sabana, sin nada, bueno, sin nada no, llevaba yo mi cuchillo, la bolsa con la cámara de video, el mosquitero bajo la cámara, para protegerla de cualquier golpe bajo -a ella, la camara- y a mi cuando pernoctaba, dondequiera que fuese.

A unir a todo esto, el trípode y mi cantimplora y … dos botellas de agua dentro de una bolsa de plástico que el guarda del parque siempre, cada vez, llenaba en el grifo de la pensión donde me iba a recoger con su moto a las 5 de la mañana y de las que yo, siempre,  interiormente me reía.

Si, que te crees tú eso, que me voy a beber yo esos cuatro litros de agua del grifo, vamos, no faltaría más …    Vaya si me los bebí, lo de la cantimplora, y los cuatro litros, y cuatro litros mas que hubiera tenido.

Increible el calor que llegó a hacer en la isla.  Desde que se quitó el viento aquello fué un horno, y con el paso de las horas y la caída de la tarde, aún más, porque, una vez acabada la brisa, allí no se movía un pelo hasta el día siguiente cuando amanecía, osea un auténtico complot del universo para que los mosquitos trabajasen más a gusto. otra explicación yo no llegué a encontrar.

 

3 kitesurfing en lago Enriquillo

Y eso, deambulé hasta el aburrimiento, alejándome todo lo que pude tanto de la caimanera como de cualquier orilla de la isla.

El interior de la isla de suelo medio arenoso mayormente era dominio sólo del árbol de espino de unos entre dos y tres metros de alto, de cactus bien alimentados y algún arbusto más y ya está, ni senda, saliendo de la que llevaba del embarcadero a la caimanera, ni nada … y poco más, si, los burros que oi pero no vi.

Ni me imagino de que vivirían esos animales ni me imagino como se puede ser tan tonto de pensar que las cosas van a ir siempre bien.   Desde entonces, si voy a alguna parte, me llevo cuatro cosas de las que no se le ocurriría llevar a nadie, salvo que seas un tipo bragado en situaciones de  todo tipo, -como yo- y por tanto te hayas percatado de que siempre hay que ponerse en lo peor.

Cuando me di cuenta, aprensiones aparte, ya era casi medianoche, bajo un cielo estrellado como pocos he visto en mi vida, y el calor ya era algo menos intenso y hasta tenía cierta magia la cosa.

En el fondo, sabía que el guardia no se podía haber olvidado de mi y que algo tenía que haber pasado, pero seguro que al día siguiente volvería … o si no, ya me veía yo haciendo una balsa con unos troncos de arbol, o lo que fuera, con mi cuchillo y la mosquitera que siempre llevaba a donde quiera que fuese, cortada a tiras.

No hizo falta.  Al final, cuando me cansé de dar vueltas y de autoconvencerme de que los cocodrilos estarían por la orilla a lo suyo y no buscándome a mi por el interior de la isla, me comí el 80 por ciento de mi provisión de galleticas que llevaba siempre para matar gazuza en cualquier momento

Y una vez terminado el improvisado ágape, con cuatro ramas me hice una especie de cuadro de donde colgué la mosquitera y me tumbé en el suelo arenoso con la bolsa de la cámara como almohada y el cuchillo en la mano, después de rociar todo el derredor de mi improvisado cobijo con rama seca y hojarasca que sonara si algo se acercaba reptando … hasta que me venció el sueño.

 

1x enriquillo-desde-el-aire-

Dígase como epílogo que las cosas ahora han cambiado, parece que en la actualidad hasta hay un centro de visitantes en la isla y las visitas son a diario y en una barca en condiciones, claro, lo que estoy contando tuvo lugar en 1988.

En fin … nunca navegué en el lago pero el lago, en los últimos años, ha pasado por una serie de subidas de nivel de agua anormales que han causado estragos en la región, y también he de decir que en alguna ocasión, en el futuro, quiero volver a la zona, aunque sea para revivir la belleza de aquellos amaneceres -del atardecer creo que no quiero volver a revivir nada-.

Y un postrer punto, era tal el atractivo de las sierras que he de mencionar que entre mis planes entonces, pasados y lejanos ahora, hasta estuvo la posibilidad de organizar una excursión en moto todo terreno y ofrecérla en Europa a moteros experimentados con ganas de aventura.

Del norte al sur de Dominicana, en la que, saliendo de Montecristi, se bajaría hasta Pedernales cruzando varias sierras y adentrándose en varias ocasiones en Haiti, puesto que parte del recorrido transcurriría por la conocida como carretera internacional, de cuando la epoca de Trujillo y sierras aledañas.

Eso si, fué un sueño que, pese a mis buenos contactos con las autoridades dominicanas – en mi cartera llevaba la tarjeta de visita personal del mismo Ministro del Interior, dada a mi por él personalmente, todo por casualidad, sea dicho, no di en llevar a cabo.

En aquella época -y aun ahora- Haiti era un país muy poco seguro.  Era la época post Duvalier, Baby Doc, se llamaba su sucesor e hijo, del que también se decía que gustaba en comer partes de los cuerpos de sus enemigos personales, y que fundó  los Tonton Macoutes.

Era esa, su guardia personal, unos auténticos carniceros, que con la caída del régimen fueron cazados por la población y ajusticiados, por el bastante poco ortodoxo método de ponerles una rueda grande de coche por la cabeza, atrapándole los brazos al cuerpo, rociándolos con gasolina y prendiéndoles fuego.

Y claro, ellos, nada dispuestos a ser cazados, andaban por las sierras próximas a Dominicana, probablemente armados y viviendo como animales, haciendo ello que la empresa de promocionar un tour en motocicleta fuera lamentablemente para nada una empresa poco fiable, por no decir menos.

1x enriquillo-desde-el-aire-

Unos cuantos links sobre la zona, las sierras y el lago.

http://www.jmarcano.com/ecohis/areas/categoria2/enriquillo.html

http://hoy.com.do/crecida-del-lago-enriquillo-desastre-silencioso/

asociacion aprende a navegar kite school Vung tau