KITESURFING – I LOVE KITESURFING
… me gusta hacer kitesurf, es lo mas divertido que conozco, aunque en casa, mi mujer lo llame perder el tiempo, pero, espera ahí, la madre de mi mujer aún tiene un término mejor. Una palabra que describe perfectamente lo que hacer kitesurfing significa para la buena señora. Hacer kitesurfing es: Zascandilear!
Curiosa palabra: Zascandilear. Seguro que en muchas regiones de nuestro pais no se utiliza ni se ha utilizado nunca.
Yo, la recuerdo de alguna vez que la he oido y bajo lo que yo entiendo, su significado mas aproximado sería el de vagar de un lado a otro sin hacer nada de provecho.
Lo que es común que suceda, por ejemplo, una vez se ha terminado la temporada, aunque otros seres mucho más radicales, la utilizan, de hecho, su actividad mas reconocible es la de zascandilear todo el año, independientemente de la estación, o de si es temporada o no y de otras consideraciones de indole similar.
Realmente, creo recordar que el origen de la palabra, antiguo él, dicho sea de paso, tenía que ver con algo así como darle un manotazo a un candil, o trasto que se utilizaba en la antiguedad para alumbrarse, y de ahí lo de zas! candil
Osea el manotazo para apagarlo cuando, parece ser algun maleante se hallaba agazapado a la vera de un camino, esperando que algún infeliz pasara por allí para quitarle todo lo que llevase, generalmente tras acojonarlo con una buena faca tipo»albaceteña» en la mano.
Bien, pero vamos a dejar esa segunda acepción del término y vamos a la primera. Zascandilear, osea vaguear.
Innecesario decir que lo de zascandilear es una actitud no sólo propia de humanos sino de muchas especies del reino animal.
Quien no ha visto nunca un gato tumbao debajo de un coche, haciendo, nada, osea, la siesta, o un perro tirao en medio del paso todo el día, y eso, aunque los reptiles, son también grandes zascandileadores, con aquello de que son de sangre fria y tal …
Pero en nuestro caso, la evidente razón de subir al blog este topico es, como no, la especie mas conocida como zascandileador playero. Kiters, windsurferos y surferos.
Estos últimos grandes zascandileadores en función a que su hobby está frecuentemente -casi siempre- restringido a consecuencia de lo exiguas y efímeras que son sus sesiones de oleaje. Y más aún si se trata de Mallorca, tierra donde las haya famosa por sus pocas olas y además de tamaño generalmente enano.
Claro, en realidad, los pobreticos lo hacen, más que nada, por la sensación de riesgo que conlleva el remar una ola y tirarse cuesta abajo, osea, al igual que nosotros kitesurferos nos enfrentamos a la batalla del viento, los surferos se dedican a las olas
aunque, en Mallorca no haya mucho de lo primero, viento, menos aún hay de lo segundo, excepto cuando en invierno se meten esporadicamente esos tormentones en que unos se la juegan mismamente, debido a que puede acabar uno en un hospital o hasta bajo tierra si las cosas salen mal.
Pero es que … el riesgo … el formidable chute adrenalinico del riesgo, es algo que hace adeptos, con facilidad … tanto si te dedicas a las olas como al viento
He aquí una prueba de ello. Que hace una niña acariciando a semejante monstruo?
y es que … aunque no se trate de esas caricias, sino de las otras, las del agua salpicándote la cara y el viento poniéndote las orejas largas pensando en el posible navegadón, típica escena del de Palma en verano a la caza del térmico allá a lo lejos en la bahía de Pollensa. Anda que no? pero bueno, es lo que hay
El hombre es animal de costumbres y solamente tienes que ver a un tio tirandose por un barranco para que de la nada aparezcan unos cuantos tios más para secundarle en su acción. Razón de más cuando se trata del agua salada y su innegable atracción sobre los de nuestro género.
Y si no, aquí tenemos un corte cerebral de un ser humano, de un mallorquín probablemente, hasta de un palmesano, arriesgaría yo, y de como lo que a simple vista parece un cerebro normal, si se fija uno un poco más, no lo es … tan normal, quiero decir
y de ahí que, a causa de ello, y aun inconscientemente, la vida de algunos, de tantos, debería decir, venga regida por un aparato tan simple como el de la foto, que, evidentemente, no es un reloj de pared sino … un barometro
Lo que nos lleva a pensar en situaciones ideales y en otras no tanto, asi que al final va a ser que todo se resume a … entrar en espera …
Y es que … en este tema de la espera, si que son muchos los que están pillados. Los enamorados, esperando ese whatsaap que les colmará de gozo al saber que su amor es correspondido o … ese tierno infante que aún lejos de percibir las connotaciones sexuales que más adelante tendrán ciertas situaciones, lo único que espera el pobrecillo es que le den de comer …
y de otros tantos seres vivos que prácticamente entregan su existencia a lo más elemental de este mundo, a llenar la barriga, o a que te la llenen …
Aunque esto no quita para que, en determinadas circunstancias, los humanos, y más aún si viven en Mallorca, se olviden hasta de comer cuando resuena en el aire la magica palabra …
porque ahí, sabido es, que algunos pierden hasta los zapatos, del carrerón que se van a pegar para llegar los primeros a la playa, no porque le vayan a quitar el sitio para extender la toalla -ni mucho menos- sino porque, en entrando el esperado térmico, hay que darse prisa para pillar cacho ante la deprimente posibilidad de que todo se vaya a acabar en un rato
y … en ná, ahí les tenemos, montando el equipo en menos que tarda en santiguarse un cura loco y en el noble intento de tirar maniobras y arriesgarse al espaldazo de continuo
pero … y que importa si sale mal, si de lo que se trata es de intentarlo
y ahí, acabada la sesión, viene el comentarlo con los colegas que no han podido disfrutar de la navegada, via whatsaap, por ejemplo y al lado de sus mascotas que dicho sea de paso, también estaban en la playa esperando … irse a casa y ocupar su tiempo con ocupaciones más … nutritivas, por ejemplo
y … es que, aparte de todo, no me digais que una mascota no es una maravilla. Te entretiene, te hace compañía, te comprende -a veces no- …
y, es que ya se sabe, mascotas hay de todo tipo, que, para gustos se inventaron los colores …
algunas «Wannabemascota» se las puede encontrar uno hasta en la orilla. Por estas latitudes, gracias a Dios, eso no pasa.
aunque otras, si bien no en la misma orilla, te las puedes encontrar un poco más adentro, en el agua quiero decir
que no apetece ni pensarlo, ya, ya lo se, pero es que en la misma acción va intrínsecamente unido el riesgo. Tu quieres navegar, divertirte, vamos, pero, te estas metiendo en el agua no, y en el agua viven cosas, vale? Pues eso, que, si no arriesgas, nunca sabrás si llegaras o no …
Y siempre te quedaran otras opciones, como, en vez de andar esperando todo el dia zascandileando por la orilla con otros zascandileadores al efecto, dejar lo del deporte y su adrenalina y dedicarse, por ejemplo, al noble entretenimiento de la lectura
o a tontear con el ordenador, aunque eso, ha sido comprobado, puede ser tan peligroso o más que lo de la playa
y hasta queda el recurso de dedicarse a la música, a aprender a tocar un instrumento quiero decir, aunque ello no sea precisamente nada fácil, por lo que …
al cabo, es más que posible que, aburrido de tanto leer, cansado de meterte en lios por culpa de la tarjeta de credito y tus compras online y desanimado de intentar tocar un instrumento y que suene como si se tratara de un serrucho intentando en vano aserruchar una barra de acero inoxidable -amenazas de muerte por cuenta de los vecinos incluidas- decidas volver al mar.
Ah! el mar y su inmensidad, sus bichitos nobles, que también los hay, su inocencia -la del mar- en donde no cabe mala intención ni afán de lucro.
El agua no pide nada, ni que te metas duchao, ni aun eso …
El ser humano no, eso ya es otra cosa. De que sales a la orilla empieza el lio otra vez, que si el egoísmo humano, que si sacar partido de todo, que si la lucha por vivir, que si encontrar un trabajo … anda que no es putada esto último …
y ahí que te vuelven a entrar las ganas de ser uno con el mar, con tu deporte, con la pureza de navegar, la pureza aún mayor de hacerlo en otra parte, otras latitudes, los trópicos -aunque para ello haya que romper la hucha- y alejarte de todo lo conocido
de cruzar el charco e irte, que se yo … a Australia …
de sentarte en una silla y después de navegar hasta hartarse, de tomarse un buen coco, trás otro …
de volver al agua y de seguir dándole al tema hasta no poder más …
Y es que en realidad, de lo que se trata a fin de cuentas es de saber leer bien los signos
las indirectas que te va mandando la vida, los mensajes entre lineas, los «msgs in a bottle» …
y dedicarte a hacer lo que más te gusta, que a fin de cuentas, esto, son cuatro días y cuando menos te lo esperas te das cuenta que … ya han pasado tres y medio …
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